domingo, 26 de julio de 2009
La amo con Alzheimer
En el mundo hay 20 millones de personas que padecen Alzheimer, 360 mil corresponden a México y 10 mil a Sinaloa, según datos de la Secretaría de Salud del estado.
Poca gente sabe de esta enfermedad, incluso, muchos de los familiares guardan en secreto el padecimiento. Pretextan cualquier cosa. En realidad les da vergüenza que se sepa que su padre o madre sufren demencia.
El siguiente es el caso de Prisciliano, un señor que no se apena de su esposa y, al contrario, la presume.
"Qué difícil ha sido este tiempo. Han pasado nuevos años desde que te dio esa rara enfermedad.
Recuerdo como si fuera ayer cuando el médico te mandó a hacer los estudios en el Seguro Social. Resultó lo que temía, tenías Alzheimer. Me tocó ver la imagen de tu cerebro completamente blanco; el doctor dijo que las neuronas se te estaban acabando.
El mal lo desconocía totalmente. Empecé a investigar por Internet y me volví un experto. Pedí información a España y a otros países. Así aprendí a cuidarte, a entenderte, a valorarte más, a resignarme. Así aprendí que esta cosa es una enfermedad degenerativa y que, con el paso del tiempo, empeorarías.
Cómo olvidar aquella vez que te llevé a Cancún. Apenas pisamos la arena cuando me preguntaste: ¿Dónde estamos? ¿Por qué me trajiste aquí? Regrésame. Te desesperaste. Te pusiste mal. Te expliqué una y otra vez que estábamos de vacaciones; quería que te calmaras.
No lo logré. Insististe en volver a Culiacán. No sé cómo le hice pero ese mismo día conseguí un vuelo de regreso. Aún desconozco de dónde saqué dinero pero no te podía ver así de desesperada. Me gasté lo que no tenía.
Así fueron nuestras últimas vacaciones.
Mientras te escribo esta carta me tiemblan y sudan las manos. Deseo que quede registrado lo que siento por ti.
Sé que no me reconoces, que para ti soy solamente tu cuidador. Que cuando te beso y te mimo no sabes que soy el mismo que te enamoró mientras estudiábamos en el Instituto Politécnico Nacional; el mismo que te llevó flores, chocolates y cartas de amor; el mismo que te pidió que me acompañaras a vivir en Culiacán y dejaras la Ciudad de México. Suena cursi, pero qué voy a hacer, así soy y lo sabes. ¿O lo sabías? Así es tu Prisci; tu Prisciliano Higuera López.
Soy ese cuidador que te baña, que te lleva a que hagas del uno y del dos, que te da de comer si necesitas, que te cambia de vestido y te extiende una cobija en las noches.
Y a pesar de todo esto, de tantos problemas, de tanto dolor, de tantos gastos y desaires, ¿sabes algo? Yo te amo. Te-a-mo. TE AMO con mayúsculas. Te amo con mis arrugas y mi flacidez. Te amo con mis 84 años a cuestas.
Para algunos es sorprendente; para mí es normal. Hasta nos comparan con la película Diario de una pasión. Te he de confesar que no la he visto, pero la buscaré en el videoclub.
La veré cuando volvamos del mar.
La última vez que fuimos te veías tan bonita. Poco a poco perdiste peso; ahora tienes figura de señorita. Ni quién creyera que tenemos cuatro hijos. A veces ni me la creo que ando contigo.
Me encanta verte chapotear, ponerte tu traje de baño y reclinar una silla para que disfrutemos juntos el atardecer.
Oye, suena el teléfono, luego termino la carta. Te quiero mucho.
Ya han pasado tres días desde que inicié este escrito y aún no lo termino. No sé, siento feo acabar la carta. Son tantas cosas que hemos pasado juntos. ¿Recuerdas que te dije que vería la película? Ya la vi y me encantó.
Resulta que en la cinta, un señor más o menos de mi edad le lee todos los días un diario a su esposa y con éste ella recuerda, aunque sea por unos momentos, que él es su marido. Ella, como tú, padece de Alzheimer.
No sabes cuánto me gustaría que esta carta funcionara como la de la película. Que aunque sea por unos minutos, incluso segundos, me reconocieras.
Es una fantasía, lo sé. Pero en verdad me gustaría.
Lo que no es ilusión es lo que siento por ti. Este amor incondicional que te quiere, que te cuida.
Lo que tampoco es una ilusión es tu padecimiento. Dicen que no tiene cura pero yo la encontré: Se llama amor".
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1 comentario:
Hola Silber, qué bien escribes! hasta parece que estuviste en la Ibero =P
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