lunes, 28 de septiembre de 2009

Lugar dec esos

De acuerdo a eso eliges dónde vivir. Determinas tu espacio, tu tiempo.
Me refiero al mundo donde sólo tú estás. Nadie más. A ese en el que es hermoso y cruento en segundos. El único donde podemos decidir.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Gobierno contra el 'niño berrinchudo'


Viste camisa azul tenue. Se transparenta un poco. Es como esa ropa blanca de moda que se usa para las bodas de playa, pero en azul.
Tabacos marca Kent. Platica con soltura. Relajado. Lo hace desde las oficinas de Noroeste.
Es el Secretario de Gobernación Fernando Gómez-Mont Urueta. Con las presiones y problemas de México sobre sus hombros. Obligado a resolverlo todo. Rápido. Bien.

-- Hay gente que dice que hay indicios de estallido social, la UNAM, Coparmex, ¿qué clima percibe en México?
-- Estamos en un momento en que tenemos que reconocer ciertas realidades si queremos solucionar nuestros problemas. Bajo la lógica de que el país está en un momento difícil, que puede generar descontento social, pues más descontento habrá si no se genera una lógica de Gobierno que conduzca los procesos en los espacios institucionales de manera pacífica, de manera seria.

No contesta directo.
La pregunta se origina al recordarle la crisis económica. Las nuevas manifestaciones como el secuestro de un avión o la persona que disparó en el metro Balderas.
Contesta que por eso se propuso un presupuesto que incluye el nuevo impuesto del 2 por ciento al consumo generalizado, para poder solventar las necesidades en salud, educación y pobreza. Para disminuir esa posibilidad de estallido social.

Defiende la propuesta económica.
"No hay estructura fiscal más democrática y más razonable, que sea seria, que por ejemplo los impuestos al consumo. El que más consume más paga, el que menos consume, entre otras cosas, por su vulnerabilidad económica, menos paga".
Afirma que la propuesta fiscal a sido "injustamente atacada".
-- Le pregunto por tercera vez, ¿hay riesgo en el país de un estallido social?
-- Hay espacios, procedimientos y márgenes para que eso no suceda. Hay Gobierno, hay participación ciudadana, hay una voluntad enorme de la mayoría de caminar en tránsito y en paz para solucionar sus problemas, y hay conciencia que todos tenemos que poner de nuestra parte para resolver los problemas más vitales que son: superar la miseria, al ignorancia y la enfermedad en este país.

Operador político
A Gómez-Mont le gusta hablar y hablar. Menea las manos cuando lo hace. El cigarro lo acompaña. Es quien sustituyó a Juan Camilo Mouriño.
Tiene claro que un Secretario de Gobernación es el operador solitario. Recuerda que el Secretario de Gobernación debe sentirse, pero no verse.
El funcionario fue acusado por el ex Gobernador de Sonora, Eduardo Bours, de politizar la tragedia de la guardería ABC, y recientemente por el presidente del PRD DF de tratar de influir en la decisión de los magistrados electorales en el caso de la Delegación Miguel Hidalgo.
-- ¿Cómo es como operador político?
Había un viejo adagio de un Secretario de Gobernación que dice que el Secretario de Gobernación debe sentirse pero no verse. He dicho y sostengo que mis tiempos políticos son los tiempos del Presidente Calderón, no son otros; que trabajo para el Presidente Calderón, para nadie más; y que en función del deber que ambos tenemos de servir al país, yo trabajo. Entonces eso hace muy sencilla la labor del Secretario de Gobernación porque no anda entreteniéndose en agendas propias ni en estar estimulando expectativas que no sean las de cumplir y trabajar para que la gobernabilidad en este país funcione para que no se hagan injusticias, para que no se cometan excesos, pues sí. Como hombre creo que ese es mi deber, como Secretario de Gobernación más.
-- ¿Interviene cuando tiene que intervenir?
Siempre que yo vea que en mis manos está evitar un abuso, una arbitrariedad, una injusticia, intervendré. Con respeto a las leyes y a mis atribuciones, ni violentando ninguna ley, ninguna atribución de otro, pero dentro de mis atribuciones, o sea, ese es mi deber, para eso acepté entrar al Gobierno.
-- ¿Aunque eso sea hablar con magistrados electorales?
Donde lo tenga que hacer sin violar las leyes, lo haré. En la medida de mis capacidades.

Contener al berrinchudo
Dice que no le gustan los grandes operativos policiacos ni militares. Lo considera innecesario, es más, afirma que pide que no le asignen tanta seguridad en sus viajes.
Así fue en su visita a Culiacán: tránsitos retiraban vehículos estacionados, militares manejaban enfurecidos, municipales reforzaban las esquinas.
"La primera víctima soy yo, no estoy acostumbrado a esas cosas... honradamente me da muchísima pena esos desplantes, yo creo que no son necesarios, y casi nunca son pedidos eh. Les pido que no las hagan. En México (DF) eso no sucede, luego pasa en provincia".
Gómez-Mont, fiel al equipo de Calderón, defiende al Ejército.
"El Ejército ha intervenido en materia de seguridad adicional. En este Gobierno ha sido más transparente el uso, y ha sido de cara a la sociedad, y con una condición muy clara: en la medida que las autoridades responsables de la seguridad pública recuperen su capacidad de cumplir con su deber, el Ejército se irá retirando de las calles".
Expone que el debate actual, es cómo poner orden en las policías.
"No sólo se ha planteado que el Ejército iba a ser la solución. Ni que era una propuesta nueva en ese sentido. El Ejército debe intervenir en estos casos para darle espacios de maniobra a las instituciones para que recuperen su fortaleza, para que se depuren, para que no estén sometidas a los intereses de las organizaciones criminales y puedan cumplir su función. Esto no es para siempre".
Las muertes han aumentado entre los delincuentes, advierte, pero en México ha disminuido el número.
El Secretario compara el crimen organizado con un niño berrinchudo. Dice que al ponerle un alto reniega más, pero más tarde se calma. Y eso, asegura, pasará en Sinaloa y en México.

-- Pero en el caso Sinaloa no vamos mejor.
En términos de números ha habido recuperaciones... bueno, el tema está ahí. El Gobernador ha dicho por qué no le entramos a reformar el sistema de competencias en la policía y fortalecemos policías estatales o generamos policías intermunicipales, el Presidente ha dicho: repensemos cómo están distribuidas las competencias, y cómo utilizamos mejor los recursos de fuerza y de capacitación y de depuración. El hecho es que la dispersión, de que todos los recursos se dispersen en todos los municipios sí está debilitando al Estado. Porque el policía municipal es el menos pagado, el menos vigilado, y es el más vulnerable... no creo que haya soluciones mágicas, de que no haya policías municipales, sólo estatales y federales, creo que cada estado tiene su propia lógica.
-- ¿En Sinaloa ya dieron con la lógica del problema?
Bueno, el Gobernador dice que le va a proponer a los sinaloenses un esquema para consolidar cuerpos policiacos.
-- Pero ustedes, el Gobierno federal, encargado de atacar el delito federal de delincuencia organizada, ¿cuándo le darán solución al problema en Sinaloa?
A ver, es que ese es el tema y es el error. esta es una estructura compleja. A ver, lo que más afecta a la gente: los homicidios, los secuestro, los robos, son competencias locales, al Gobierno federal le toca estar conteniendo a las organizaciones criminales.
-- ¿Y están contenidas en Sinaloa?
Bueno, estamos atacándolas. No me la pida de rápido, si fueron años de permisividad.
-- Ya llevamos años de ataque, de supuesto...
Cuando menos esta administración lleva dos años, con esa energía dos años y ya va para cerrar el tercero. Bueno, si esto, usted cree que se arregla tan rápido, hay le va una: usted vea a un niño berrinchudo que ha podido hacer lo que ha querido toda su vida y de repente dicen 'basta ya' y se le pone una contención. El niño que lleva toda su vida berrinchudo a poco se va a callar luego luego, no, al principio le va a duplicar y le va a triplicar el berrinche, y usted sostiene la contención para que tarde o temprano deje de chillar y entienda, ¿no?, pues ahí estamos.

Vamos a ganarle al narco: Gómez Mont

Ante la demostración de violencia del narco en Sinaloa y México, con sus "cuotas" diarias de ejecutados, narcomantas, decapitados y demás afrentas a la sociedad y sus instituciones, el Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, aseguró que la batalla se ganará más pronto que tarde.
Explicó que los cárteles de narcotraficantes no se sostendrán por mucho tiempo, ante el ataque decidido del Estado.
"Yo le digo, eso va a suceder porque eso ha sucedido, porque así ha sucedido en otras latitudes. Mientras no dudemos y nos estemos cuestionando y recriminando de más, que un grado de discusión interna es democrático y es sólido y es serio para que las cosas funcionen, pero no caigamos en el cinismo y la claudicación, esto lo vamos a ganar más pronto que tarde", dijo.
"Simple y sencillamente, para esas organizaciones, económica y humanamente es imposible sostener eso, y se está viendo cómo la aceleración en las detenciones en los mandos medios ha sido vital en el último año, bueno, pues estamos en ese proceso".
El funcionario federal fue entrevistado durante una visita que realizó a las instalaciones de Noroeste, después de clausurar el Octavo Seminario Internacional sobre Gobierno y Políticas Públicas, organizado por el Gobierno estatal, la Fundación José Ortega y Gasset, el CIDE y el IAPSIN.
Al cuestionarlo sobre la situación de violencia estatal, donde a pesar de los operativos federales en los que participa el Ejército mexicano el número de ejecutados no baja, Gómez Mont defendió la intervención castrense, y pidió tiempo para contener a los cárteles.
El Secretario condicionó la salida de los elementos militares de las calles, a la limpia de las corporaciones policiacas: que no estén sometidas a los intereses de las organizaciones criminales, que sean depuradas y así puedan cumplir con su función.
"El Ejército ha intervenido en materia de seguridad adicional. En este Gobierno ha sido más transparente el uso y ha sido de cara a la sociedad, y con una condición muy clara: en la medida que las autoridades responsables de la seguridad pública recuperen su capacidad de cumplir con su deber, el Ejército se irá retirando de las calles", añadió.


¿Dónde están los capos?
José Alfredo Beltrán
"Dígame dónde están (los capos) y vamos por ellos", retó Fernando Gómez Mont, Secretario de Gobernación federal, al reportero Wilberth González, de Canal 3.
Aquí, a donde Gómez Mont llegó custodiado por el Ejército, guaruras y policías estatales y federales. A Sinaloa, "campeón" de homicidios dolosos, según las estadísticas oficiales, y cuna de capos del narcotráfico.
La pregunta sacó de balance el encargado de la política interior del país, que minutos antes elogiaba al Gobierno de Sinaloa y a sus autoridades, por abrir espacios de reflexión para mejorar las políticas públicas.
"(Sinaloa) Es un estado fundamental en la vida de México que ha dado pruebas de entereza, de trabajo, de compromiso, de seriedad, de fortaleza en el desarrollo de México, de la democratización de su vida política, en el mejoramiento de su vida social y en la capacidad de innovar e incorporar talento en su trayectoria económica", manifestó.
Gómez Mont sólo dio 2 minutos para que decenas de reporteros le lanzaran algunas preguntas, aunque la mayoría quedó a más de un metro o dos de distancia, por una barrera que levantaron agentes de seguridad.

viernes, 25 de septiembre de 2009

SERIE EL CRYSTAL CON QUE SE MIRA


Ángel, la misma luna

Si la guionista de la película La misma luna hubiera conocido a Ángel, tal vez la historia hubiera sido más intensa.
Su rostro duro se desvanece cuando recuerda. Tenía 10 años. Su padre en sus pupilas. Necesidad de amor en las venas. Dolor reflejado en el ceño. Fue por él.
Tomó el primer tren que corría al norte. Tenía 10 años. Sus padres se habían separado. Sin dirección se aventuró en su búsqueda. Ángel deseaba estar con su padre. ¿Por qué te fuiste?
Él era un trampa más. De los que pasan el día y la noche en el cielo del tren. Tenía 10 años. De los que conviven con guatemaltecos, salvadoreños, bolivianos y demás centroamericanos que atraviesan miles de kilómetros de polizontes. De esos indocumentados que huyen de sus tierras sabrá por qué.
Angelito, el niño, no pensaba en el pastel de Pedrito, de Carlitos ni de Oscarín. Pensaba en no morir en el intento. En sujetarse fuerte de los barrotes del tren carguero mientras el viento golpeaba su cabellera.
Su seguridad sobre los vagones no fue el único reto. Para un niño que ronda por las calles, el DIF se convierte en un obstáculo de libertad.
"Fue un viaje duro. Andaba en los trenes cargueros de trampa. Pedía comida en las casas. Una vez me agarraron los del DIF de Mexicali. Les eché mentiras. Que en mi casa me maltrataban. Que me golpeaban. Metí en un broncón a mi madre y a mi abuela. Lo que hice fue que me fugué de ahí. Esa fue la primera fuga".
El alcoholismo de su padre fue la causa de la separación familiar. Él se fue para un lado. Ella para otro. Ángel se quedó en medio con su abuela. Con sus hermanas.
Así. Sin dirección. Sin norte. Sin permiso de su abuela. Se fue. Dejó la colonia Hidalgo. Llegó a la frontera. El pollero lo esperaba. Su moneda de cambio en una cara traía su ingenio, en la otra su deseo de abrazar a su padre.
"Unos americanos me había regalado 20 dólares y me fui a los 10 años. En ese entonces la línea no estaba como ahora en Tijuana. Había monte. No había tanta seguridad como ahora. Agarré a un pollero ahí, le dije que allá le iba a pagar mi papá y puras mentiras, nomás para que me enseñara el camino. Y me enseñó el camino y le dije 'sabes qué, te eché mentiras', y me regresó, pero ya me sabía el caminito y me fui".
Ángel ya había probado la mariguana y cocaína en Culiacán. La usaba para escapar de los problemas familiares. De las malas experiencias. Del mundo real.
Lo que le esperaba en Estados Unidos no era el sueño americano. Era la pesadilla de los barrios bajos. De los excesos después de los excesos.


A traquetear
Ángel Francisco Angulo Peña siempre fue rebelde. Siempre. Dice que traía mucho coraje dentro.
"Vengo de una familia desintegrada. Viví tratos malos de personas que ya no están con vida. Viví experiencias que prefiero no recordar".
La caída de su cabeza y el apretón de manos para formar un solo puño de 10 dedos me contuvo. No pregunté más.
"La primera vez que consumí droga fue a los 10 años. Mariguana y cocaína. Vi a unas personas que se echaban un polvito por las narices. Dejaron la bolsita guardada en una viga de un techo detrás de la casa de mi abuela y la agarré para ver qué se sentía. Traía un enyerbadero de plebes en una fiesta y al rato me andaban correteando por la bolsita".
Ángel narró su vida por más de una hora. Sentado en su cama. Colchón inferior de litera. Espacio compartido en un centro de rehabilitación. Dormitorio refrigerado. Limpio. Austero.
En California no le fue tan bien como pensaba. Cuando llegó vivió en las calles. Durmió bajo los puentes. Sus amigos: heroinómanos, mariguanos, indigentes. Seguía en busca de su padre. Sin guía. Sin dirección. Sin luz. En la sombra.
"Dormía en las calles. Debajo de los puentes. No llevaba la dirección de mi padre. Nada. Iba a una aventura en busca de mi padre sin saber lo que iba a enfrentar. Estuve a punto de perder la vida. Me pegó la viruela loca. Estaba en un hotel. Un adicto michoacano que usaba heroína me acercó a una familia que me ayudó".
"Sé que los adictos tenemos sentimientos buenos. No somos malos. Pero a veces lo que uno vive en una corta edad, las frustraciones, mirar lo que en un momento llegaste a tener y que se desintegra de la noche a la mañana: un padre, una madre, todo bien, y uno buscando explicaciones".
Dudas que se convierten en asaltos. Corajes que se transforman en violencia. Frustraciones que se vuelven delitos.
Su primera temporada en el gabacho fue de 5 años. Cumplió sus 11, sus 12, sus 13, sus 14 y sus 15, allá. Entre la gente que nadie quiere. Entre los drogadictos que provocan miedo. Que hacen que el temeroso se cambie de acera.
"Lo que hacía era distribuir droga. Decía que a mi madre nunca le iba a faltar nada. Entonces me metí a vender droga. Empecé a distribuir mariguana. Después dejé la mariguana y me dediqué a traquetear cocaína".
"Sólo una vez mandé una carta con dinero. No sé si les llegó. No sé si correos. No les mandaba más ni tenía contacto porque no quería que supieran nada de mí. Era el resentimiento que tenía. Pero me dolía. Lloraba. Quería saber de mi mamá, de mis hermanas".
En el traqueteo le pusieron puntas en la espalda. Le dijeron que se iba a morir. Pistola en la cabeza. Amenazas mutuas. La California sin Hollywood. La indomable. La del barrio bajo.
"Traficaba con droga. Traficaba con indocumentados. Todo lo que agarraba lo usaba para drogas. Mujeres. Alcohol. Una 'mexicanota' vida chingona. Según 'chingona'. Y aquí mi familia preocupada, diciendo 'dónde estará el Ángel'".
Y el Ángel diciendo dónde estará mi padre. Se lo preguntó 5 años. No lo encontró. Regresó a México a los 15. Preguntó la dirección de su padre. Volvió a buscarlo. Lo encontró. Desde esa vez lo visitó seguido. Fue y vino a placer. La línea estaba dominada.


Pionero del foco
Cuando Ángel le pegó al foco por primera ocasión tenía 15 años. Fue en Tijuana. Fue al volver de los Estados Unidos.
Desde ese día ya han pasado 18 años. Desde ese día la sombra del foco lo persigue. Seis veces entró a un centro de rehabilitación y las seis veces se escapó. Necesitaba drogarse. Pegarse un baise de crystal, foco, cri cri, ice, hielo. Todos sinónimos de metanfetaminas. Droga sintética.
Esta es su séptima oportunidad en un centro de rehabilitación. Es la primera ocasión que no pretende escapar.
"En Tijuana, a los 15 años, fue la primera vez que consumí crystal. En Culiacán no lo conocían. Con los que me drogaba usaban pura cocaína. Me vieron y decían 'está loco éste, mira, abre un foco y prende un foco'. Me decían 'te vas a quedar loco'. Y la verdad sí me asusté, una vez tiré un bofe negro en una correteada que me pegó la migra".
"El foco es una droga muy adictiva. Ya que empiezas no paras. Sientes que te atacan. Mejor te aíslas. En el momento te sientes pa' arriba, pero con el tiempo sufres un cansancio porque es una droga que no te deja dormir. Hay raza que se mete heroína con crystal. Sientes el rechazo y luego pa' arriba, como si fuera la rueda de la fortuna. A mí nunca me dio por inyectarme la vena, nomás la consumí inhalada, goteada. Nunca me dio por inyectarme".
Lleva 23 años de adicto a las drogas. Dos terceras partes de su vida. Tiene 33. Lleva 18 años de adicto al crystal.
Desde que conoció el foco dejó todo por él: la cocaína, la piedra, la mariguana. Nada se comparaba.
Si alguien sabe de malillas por no tener crystal, es Ángel.
"Tengo amigos que se hicieron adictos a la heroína y es un pinchi sufrimiento. Y aquí viene uno a sufrir una malilla del crystal, y es la misma. Estaba en el área de sicoterapia, con el calorón y yo con una chamarrona sufriendo la malilla. Y me decía yo mismo: 'ándele jijo de su pinchi madre, pa' que aprenda'. La malilla es un dolorón de huesos, escalofríos".
"Me pasé unos dos o tres días. Pero yo ahí quería estar. Yo mismo me empecé a castigar. Ándele cabrón. Y dije: 'yo mismo me metí en el vicio, pues me aguanto'".


'Tiene un propósito para mí'
Lee un libro sobre abuso y dependencia a las drogas.
Se prepara. Quiere recuperarse totalmente y abrir su propio centro de rehabilitación. Actualmente es el responsable del servicio de guardia del lugar de internamiento. Está al pendiente de los alimentos. Revisa los dormitorios.
"Allá afuera hay mucha gente que necesita ayuda".
Su objetivo es claro: evitar tragedias como la suya. Como la de tanta gente que conoce. Adictos de un mundo que pocos se atreven a encontrar.
Comenta que si está vivo aún, después de tanta vida mala, es porque Dios tiene un propósito para él.
Mientras Ángel se esmera por recuperar su vida, su familia pasa las noches sin hablar con él. En California. Saben que está en un centro de rehabilitación pero no tienen contacto. Él no quiere forzar la relación.
Tampoco su hija sabe de él. Una niña que tuvo en Estados Unidos. Una pequeña a la que ni siquiera alcanzó a conocer.
"A mí no me importaban los demás. Si la mujer no tenía para comer. Yo quería andar bien yo. Mis tenis de marca. Mi carro del año. Y sí tengo familia. Tengo una niña pero no la conozco. La mujer se fue a su tierra. Es de Oaxaca. Se fue embarazada. La niña debe tener unos 9 ó 10 años.
"No pienso hablarle. Para qué le voy a remover. Capaz que ya le dice papá a otra persona".
Ahí están todos. La familia en California. Ángel en Culiacán. La hija en Oaxaca. Cada quien en su sitio. Cada quien en su mundo. Juntos por una misma tragedia. Juntos por la luz de una misma luna.

jueves, 24 de septiembre de 2009

SERIE EL CRYSTAL CON QUE SE MIRA


Carmen, olvidó que tenía hija

Cuántas mujeres anhelan una hija.
Cuántas desean una niña que peinar, que vestir. No importa que raye las paredes o que olvide tender la cama.
Carmen tiene una. Ahora lo recuerda. Durante un año cambió los brazos de su pequeña por el humo que desprende el crystal cocinado en un foco. Por drogarse hasta la inconsciencia. Hasta perder el brillo en su mirada.
Dejó de llevar a su hija a la escuela, de acudir a las juntas, de revisar sus tareas, de planchar su uniforme, de darle comida, de cuidarle la gripa, de medirle la temperatura, de conocer sus sueños, sus amistades.
No lo planeó. Menos lo deseó.
La droga hizo lo que le tocaba. Provocó en ella ese efecto para el que se elaboró. La desprendió de la realidad. La llevó a una órbita donde no tenía vida. A un lugar en el que las palabras madre o hija no tienen valor. Se cambian por un moñito de crystal de 50 pesos.
"Los sentimientos los tenía muertos. No me dolía nada, ni mi madre ni mi hija. Toqué fondo. Mi hija y mi mami me decían cosas y no oía: 'báñate', me decía mi amá. No hacía caso. No me dolía nada. Estaba paralizada por la droga. Ellas lloraban y yo en mi mundo. No me dolía".
Hace 4 años, alcoholizada, probó por primera vez el foco para alivianarse; 20 días después le pegó otros "baises" para estar con su ex novio. Tres meses más tarde lo volvió a fumar. Esta vez por adicción.

Descubre el 'paraíso'
Fue un 14 de febrero cuando Carmen probó por primera vez el crystal. Hace 4 años. Ese día inició su adiós al amor y a la amistad.
Cantaba Diana Reyes en el Rodeo Country: "Nada más un detalle: tú le lavas la ropa, pero yo se la quito", cantaba la artista grupera conocida como La Socia.
Sombreros. Botas. Acordeón. Cortejo. Cerveza. Más Cerveza. 10 de la noche. Ella tenía 20 años. Su hija 4. De vicios el cigarro y el pisto. Nunca había probado drogas prohibidas. Ni siquiera mariguana.
Vistió coqueta. Pantalón de mezclilla apretado, zapatilla negra, blusa strapless sin enseñar ombligo.
A pesar de los hombres que en el baile rodean a las mujeres como zopilotes en el desierto, Carmen, junto con seis primas y amigas se aburrieron y optaron por irse al motel Paradise a seguir tomando cerveza y divertirse. Iban puras mujeres. Le habló a su ex novio para que les diera raite. Un taxista que ya le ponía al crystal.
"El motel lo pagamos yo y una prima. Nos fuimos al Paradise. En ese tiempo sí tomaba, yo pagué el motel y mis amigas la charola de cerveza. Íbamos bien pedas. La cerveza la compramos ahí en el motel. Más tarde le hablé a mi ex novio para que fuera por mí. Me dijo que sí había chance de pegarse unos baises. Le dije que sí, pero que se metiera al baño para que no lo vieran las plebes. Después yo me metí con él a pegarle unos baises porque me dijo 'con esto se te va a quitar la borrachera'. Yo estaba bien peda y sí me aliviané".
Ese fue el inicio de los días tristes. La primera vez que consumió droga. Por curiosidad, por amor, por diversión, por error, por.
El ex novio de Carmen fue a dar unos servicios de taxi y regresó por ellas hasta las 11 de la mañana del día siguiente. Las llevó a sus casas.
Pasaron tres semanas para que Carmen volviera a buscar a su ex novio. Usó el pretexto de su abuelita. Le habló para que la transportara a cobrar su pensión, ya que la señora no puede caminar por sí misma.
Tras dejar a su abuela en casa, el taxista le propuso a Carmen un segundo jalón de crystal, grillo, foco, ice, hielo, y demás sinónimos de esta metanfetamina.
"Él me dijo que si no traía malilla y le dije que no. Me preguntó que si no le quería poner al foco porque ahí traía uno bien bueno. Nos lo echamos en el fraccionamiento Floresta, cerca de donde vivo, en la colonia Los Ángeles. Sacó todos los instrumentos de su carro y nos echamos unos baises. Dije que sí, no por la droga, sino porque quería estar con él. Cerca de él. En ese entonces sí lo quería".
La tercera vez fue la vencida. Después de tres meses probó la droga de nuevo y decidió amarrarse al grillete del foco. Optó por ponerse el yugo de crystal.
"Desde esa tercera vez ya fue a diario. Le decía a mi ex novio 'llévame un 100, dos moños de 50 pesos'. Me acuerdo que esa tercera vez prendí un cigarro en mi casa, y con el humo generé droga. La recordé. No estaba ni deprimida ni triste, nomás generé droga y dije 'qué tal si me doy unos baises. Me alivianara'".
"Le pedí dinero a mi mamá, 200 pesos, le dije que iba con una prima a abonar lo de unas blusas. En realidad nos fuimos para el Campo El Diez, compramos el grillo y nos lo fumamos en la casa de su mamá. Duramos como 2 ó 3 horas. Ahí comenzó mi adicción hasta no parar. Le di diario durante un año. Me hice ingobernable. Descuidé a mi hija, a mi madre".

Pesaba 25 kilos
La plática con Carmen se dio entre cabezas de muñecas con peinados diversos. Era el salón donde dan clases de belleza. En el centro de rehabilitación para mujeres. Lugar en el que lleva 4 meses.
Cuando habla de su vida lo hace sin temor. Emocionada. Abre sus ojos. Sonríe. Se monea. Le gusta vestirse bien. Ropa entallada. Dice que ya se descuidó mucho tiempo. Drogada duraba días sin bañarse, sin cambiarse de ropa.
Carmen es una mujer adelantada. No se esperó a la mayoría de edad para tener una hija: dio a luz a los 16. Tampoco siguió los pasos normales de la droga: probó el foco antes de la mariguana o las tachas.
También es complicada en el amor. Al papá de su hija lo considera "todo un hombre" porque no se acobardó en darle el apellido a su niña. Sólo que a él no lo quiere. A sus 21 prefirió a un cholo de Barrancos que se dedicaba a drogarse. Prefirió al Juan. Dice que es muy tierno. Muy cariñoso.
"Después del taxista empecé a decirle al Juan si no sabía dónde conseguir droga, por ahí me le metí. Le dije que me consiguiera crystal. Le empecé a contar que mi ex novio el taxista andaba con muchas mujeres y yo soy muy celosa. Siempre quería llevar más amigas cuando nos íbamos a drogar. Desde ahí empecé con Juan a drogarme y a drogarme. Nos íbamos a la casa de su mamá, ahí en la Ruiz Cortines".
La adicción de Carmen es tan grande que perdió más de 20 kilos en un año. Lo único que le interesaba era consumir crystal. Llegó a pesar 25 kilos.
"Con el cristal no duermo, no como. Oigo pasos. Imagínese, llegué a pesar 25 kilos. Aquí llegué bien flaca. Llegué a durar un mes sin comer. A pura agua, refresco, cigarros, y todo el día bien prendida del foco. El Juan estaba flaco pero no tanto porque él le ponía a la mariguana, y la mariguana da hambre. Yo no, con la mariguana sentía delirios, que me querían matar. Es que la mariguana y el foco no se llevan. La mariguana es pa' bajo y el foco es pa' arriba".
Mientras estuvo viviendo con el Juan, Carmen se perdió de su casa. Fue la época en la que no supo de su hija. Fue el año en que su madre la buscaba viva o muerta. Revisaba el periódico a diario. Imaginaba que su hija podría salir cualquier día.
"Mi mamá me buscaba, dicen que salí en Canal 3".
Como Carmen y el Juan se dedicaban a drogarse no había dinero que les alcanzara. Empezaron a robar Oxxos. Ella tomaba el dinero mientras él les apuntaba con una pistola.
"El Juan les ponía la pistola a los que estaban en caja y yo agarraba el dinero y pertenencias. De ahí asaltamos a las personas que se iban a las 5 ó 6 de la mañana a agarrar camión. Eso sí, nunca disparamos".
La pareja corrió con suerte hasta que la suerte se cansó. En su gran golpe cayeron como caen los novatos, como caen las personas que no planean, que se dejan guiar por la necesidad de la droga, de una dosis más para evitar la malilla que cala hasta los huesos.
Y pareciera que el diablo les preparó la cancha. Fue a las afueras del lugar donde se drogó por primera vez, a las afueras del motel Paradise donde quisieron despojar a una persona de su vehículo, donde los detuvo la Policía de Caminos.
"Íbamos por el Paradise, miramos un carro, le hicimos la parada. Se paró porque le apuntamos con la pistola. Nos entretuvimos mucho porque no nos quería dar las llaves del carro. No se quería bajar y nos cayeron los federales de caminos. Traía un Sentra. El carro lo íbamos a agarrar para andar. Era la primera vez que lo hacíamos".
El siguiente paso de Carmen fue declarar en la Policía de Caminos, después la llevaron a la Policía Municipal y más tarde la trasladaron a la Peni. Ahí estuvo 8 meses. Ahí conoció a su nuevo esposo.

Quiere recuperarse
Duró 8 meses en la cárcel porque fue el tiempo en que el juez tardó en darle la sentencia. Eran 2 años y 100 días en prisión o el pago de 23 mil pesos de fianza.
Un hombre que la quiere, que en la peni se enamoró de ella la pagó. Prefirió verla libre lejos de él que encerrada y a unos metros. Se conocieron un domingo, cuando las mujeres pueden pasear por el patio de los hombres.
"Mi esposo me quiere mucho. Es un buen hombre. Me casé con él ahí adentro. Me habla por teléfono todos los días".
En mayo, a los días de salir de la penitenciaría, Carmen recayó. Se gastó los 10 mil pesos que le dio su marido en droga. Se los fumó en crystal.
El vicio no lo dejó en la cárcel. Cuenta que la droga ahí adentro es tres veces más cara que afuera pero se consigue con facilidad.
De nuevo fue su esposo quien le ayudó.
Desde prisión mandó por ella. La encontraron y la internaron en el centro de rehabilitación. Carmen desea recuperarse pero el vicio la jala fuerte. Quiere que su madre y su hija se sientan orgullosas de ella. Que vean que sí puede salir adelante.
En el centro de rehabilitación ya no es una más de las internas. Ahora tiene labores administrativas.
Si ella desea se puede escapar en el momento que decida. No lo hace porque su voluntad es quedarse hasta sentirse recuperada. Aún no se siente al 100 por ciento. Todavía genera la necesidad de la droga.
"Yo le pido a Dios que no me agarre la calle en mis 5 minutos de pendejismo, así le decimos aquí. Me quiero recuperar. Estas son pruebas que uno va pasando. Me quiero recuperar por mí, por mi hija y por mi madre. Le prometí a mi mamá que iba a cambiar cuando estaba en la peni".
Carmen anhela una familia con su marido. Al parecer saldrá a finales de año.
Pero hay una imagen que ronda por su cabeza y le taladra el corazón. Un miedo que le produce la malilla más cruenta. Una pesadilla a la que teme y se esfuerza porque nunca se haga realidad.
"Mi peor pesadilla es que mi hija me rechazara, o que me dijera 'mami, te acuerdas lo que nos hiciste', y que pierda el cariño y se vaya con su papá. Que ahora que quiero cambiar me diga 'mami ya no quiero estar contigo'. Desde cuando hubiera pensado eso, verdad".

miércoles, 23 de septiembre de 2009

SERIE EL CRYSTAL CON QUE SE MIRA


Víctor, infancia extraviada

Intenta extirparlo de su mente.
Fuma, traga e inhala crystal, mariguana, resistol, ácidos, tachas, pingas. Todo en altas cantidades.
Esos días de drogas la pasa bien. Después la realidad. La vida infestada de recuerdos, de maldiciones, de malillas.
Cuando tenía 11 años, Víctor ya fumaba mariguana. Trataba de escapar de los constantes pleitos de sus padres. Lo que pasó ese 18 de diciembre de 2005, un año después de iniciarse en la mota, incrementó su dosis y le entró al resistol, y después al foco. Intentaba salir de su mundo. Quería olvidar ese día de invierno que acompañó a su madre a reconocer el cuerpo de su padre, un técnico radiólogo accidentado con un par de amigos. Sólo uno sobrevivió.
Al llegar al Semefo, su madre detuvo el andar. Evitó reconocer el cadáver pero, como sucede en las películas: alguien tenía que hacerlo. Víctor dio un paso al frente. Era el único varón de la familia. Pasó al cuarto frío. Lo vio. Tragó saliva espesa. Asintió con la cabeza.
Ha de ser difícil reconocer el cuerpo de un familiar después de un choque; más si es tu padre; más si apenas tienes 12.
El día del infortunio, día de domingo, en Bolivia indígenas festejaban el triunfo presidencial de Evo Morales; en México, Vicente Fox calificaba de vergonzoso el muro fronterizo de los Estados Unidos; en Nayarit, un técnico radiólogo alcoholizado moría en un accidente; en Mazatlán, Víctor extraviaba su infancia entre drogas.

La primera vez
A Víctor lo engañó su familia para traerlo a Culiacán. Al principio les tomó coraje, después los comprendió. Le dijeron que conocería el centro comercial Forum.
Con cuatro meses interno, la playera talla mediana le luce grande. Él dice que está gordo en comparación de como entró al centro de rehabilitación. Víctor es un adolescente delgado, blanco, pelo rapo, pestañas delgadas, ceja poblada, labios delineados. Consciente de su estado.
"La mota la pedía por teléfono. Tenía un compa que la vendía, ya está grande, fue de la Marina. Me la llevaba a la casa. La neta no sé cómo la consigue".
Su primera vez la provocó una escena que se repetía: un padre que llegaba a casa alcoholizado, una madre que reclamaba, una pareja que peleaba. Víctor salía a la calle a olvidar problemas. Tenía 11 años. No soportaba la confrontación de dos seres amados.
"La primera vez que fumé fue porque me enojé cuando se pelearon mis papás. Ya eran varias veces que hacían lo mismo. Salí enojado de la casa, nadie me ofreció: llegué pidiendo. Tampoco me dijeron que no. Me puse mal, fumé mucho, como tres cigarros, pero grandes. Por fumar mota mi mamá no me decía nada, por el foco y el resistol sí, ahí empezaron a encerrarme".
Cuando vi las yemas cafés de sus dedos pulgar e índice, entendí su grado de adicción. El matiz se toma al quemarse la piel con la última succión de cigarro, cuando prácticamente no existe el churro.
Tras la muerte de su padre, a Víctor no le bastó con la mariguana. La mota lo relajaba, lo alivianaba, pero no lo sacaba de este mundo. Lo mantenía consciente de sus problemas en casa, de la muerte de su padre. Entonces empezó a reventarse con resistol, con pastillas y, más tarde, con foco: la droga que lo pone más loco.

Se le prendió el foco
Es menor de edad. Vive en la colonia Lomas de Mazatlán. Se apura a explicar que su casa está en la parte pobre del fraccionamiento considerado nivel medio-alto: donde no hay muchos "riquillos".
Platicamos debajo de un árbol por más de una hora. Contó lo que pudo. Otros internos del centro de rehabilitación jugaban basquetbol, aprendían carpintería, preparaban alimentos, desempeñaban funciones internas de control y disciplina.
Si hablamos de ideas, a Víctor se le prende el foco muy seguido.
Una de esas fue robar ocho veces en un solo día. Iban él y un amigo en una motocicleta tumbando gente. Caían a la playa, a la ciudad, a la zona hotelera o al mercado municipal. Había que conseguir dinero rápido para comprar más droga. Para ponerse loco. Bien loco. Hasta arriba.
Ese día ingirió tanto crystal, foco, grillo, entre tantas otras formas de llamarle a esta metanfetamina, que golpeó a su madre y a su hermana en un ataque de ira.
"Mi amá me preguntó que si qué hacía y le pegué unos trompos, igual mi hermana. Me fui al patio y quebré envases. Fueron mis tíos a calmarme pero no pudieron entre tres, cuatro. Es que el crystal da fuerza, además traía un cuchillo: cuando le llegas al foco necesitas traer algo. Sientes que te están siguiendo".
Con la tranquilidad de un policía de tránsito que llena una boleta de infracción, comenta que llegarle al foco es llegarle a la cochinada. Enciende un Marlboro rojo y lo fuma despacio.
"El crystal son puros químicos, son como 15 ácidos. Son puras cochinadas. La mera neta uno no piensa lo que te fumas, bueno, lo piensas pero se queda 'agusto' la raza con eso. Te saca del mundo, de tu persona. Hay raza que ha matado hasta una familia entera. Se pone uno bien violento".
Para fumar crystal en un foco, Víctor explica la técnica.
"Al foco le quitas la cosa negra de arriba. Le metes un desarmador y un clavo, le haces un pocito, después le metes el crystal, lo cocinas y le pones el encendedor debajo. Ya que le haces la gota, así como agua, lo traes de un lado para el otro y lo fumas. Con ese ya empecé a hacer más locuras".
Cuenta que, bien foqueado, caminó kilómetros de malecón sin darse cuenta. Lo atropelló un carro mientras andaba en bicicleta, cayó a una alcantarilla de tres metros de profundidad.
"Me caí de una casa de dos pisos, me aventé. No sé si me creía Superman. Quise brincar de una casa a otra. Estaba dos tres separada pero no llegué. Tenía 13 años. Me abrí la cabeza. Me quebré la nariz, el labio. Al siguiente día era mi Primera Comunión y fui todo madreado. Habían repartido invitaciones, ya estaba listo todo y así tuve que ir con unos parchezones, el ojo hinchado. Tuve que decir que me caí de una bicicleta. Al principio mi amá me creyó y a un amigo se le salió decirle que me caí de una casa".
Víctor narró asaltos, golpes a su madre, las adicciones de su novia, la muerte de su padre. Pero hubo experiencias que no se atrevió a contar. Todas vergonzosas. Todas necesitado de crystal. De un poco más loquera. Esas decidió guardarlas en el último cajón del archivo de sus maldiciones.
"Aquí me daban pastillas porque pensaba que el que pasaba se reía de mí. Drogado, para conseguir la sustancia, hice cosas que los demás querían que hiciera para burlarse de mí. Cuando me bajaba y me daba cuenta me arrepentía".

Novia fresa y 'foquemona'
A Víctor su familia lo sacó de Mazatlán y lo trajo a la capital por estar ahogado en la droga.
Mientras él se recupera, en el puerto lo espera su novia con el foco prendido.
Ella es una niña rica y 'foquemona' al la cual su padre suministra dinero para comprar su tranquilidad; su madre prefiere sumergirse en la vida de sociedad y de casinos.
"Mi novia tiene lana. Es de feria. Ella llegaba y me daba el dinero. Que 800, 900 diarios. Su mamá y su papá son divorciados, la señora no trabaja y es alcohólica, el papá tiene un hotel y restaurantes. La conocí en una fiesta. Se fue con la finta de que tenía lana porque uno trae dinero y cree que la familia trae dinero, pero ella no sabía de dónde lo sacaba".
"El papá ni los procuraba y la doña se la pasaba en el casino".
Según lo que narra Víctor, el foco es como viajar al cielo y al infierno.
El cielo: "Te pone bien machín, te alivianas. Puedes andar días sin dormir, sin comer y no pasa nada. Andas al tiro, tienes mucho rendimiento sexual".
El infierno: "El crystal lo encuentras en cualquier lugar. Los morros le pegan más morillos. Es la droga más celosa. La antepones a las otras drogas. Es más adictiva. Como que te hace más falta. Además te drogas y amaneces malilludo, con dolor de huesos. Lo que hace el que fuma es no dejar de fumar. Porque entre más fumas más se hace la malilla. Me he aventado cuatro días sin dormir. Cierras los ojos y todo te da vueltas. Luego empiezas a ver cosas. Sombras, delirios de persecución. Eufórico, pánico".
"Me llegaba a poner detrás de la puerta y agachado. Veía que pasaba gente y yo con mi punta. Una vez abrieron la puerta, yo alcé mi punta, me di cuenta que era mi jefa y me detuve".

El sueño de embarcarse
En el centro de rehabilitación, Víctor dice que ha aprendido a valorar a su familia. Se dio cuenta que, aunque no tiene bienes, aún puede perder más: su madre, su tío y algunos de sus primos que todavía lo quieren. Después de eso no hay nada.
"He aprendido a valorar la familia, lo que puedo perder, lo que puedo ocasionar. Todavía hay parte de mi familia que me apoya. Hay tías que no me dejan que me junte con los primos porque dicen que soy mala influencia".
"Pero un tío mío que todavía cree en mí me dijo que saliendo de aquí me puedo ir con ellos en un barco atunero. En muchos barcos hay drogas, pero en el que él me ofrece van mis primos y tíos. Eso quiero hacer. Viajar en el barco atunero con mi familia y ganar dinero limpio".
Este mazatleco ya tiene planeado su primer día de libertad como rehabilitado: conocerá el centro comercial Forum. Después, a embarcarse.


La producción
Los narcolaboratorios, lugares donde se crean las metanfetaminas, crecen como la yerba mala en Sinaloa. Pululan en campos pesqueros, ranchos, ciudad. Ahí se crea el crystal. Esta droga que seca a los consumidores, que les quita el sueño, que les retira el hambre, que los hace alucinar.
Droga compuesta por veneno para ratas, por sosa cáustica, por agroquímicos y tantas sustancias más.
Tan sólo este año, el 13 de junio, la Secretaría de Marina detectó y destruyó en Badiraguato un narcolaboratorio que podría haber producido 40 mil 200 kilos de droga sintética, y que daría una ganancia estimada en mil 473 millones de dólares.
El 8 de agosto, el Ejército detectó un narcolaboratorio donde se fabricaba crystal, establecido en 240 hectáreas de terreno, ubicado en la comunidad Las Trancas, perteneciente al municipio serrano de Tamazula, Durango. Cerca de Sinaloa. Este predio sería el más grande complejo de edificios asegurado por militares en la historia reciente del país.
En el campo pesquero Las Puentes, Navolato, el 10 de agosto el Ejército encontró un narcolaboratorio con 3 kilos de crystal elaborado y 30 en proceso.
Toda esta droga es por la que los adictos pierden sus vidas. Roban. Violan. Matan.

martes, 22 de septiembre de 2009

SERIE EL CRYSTAL CON QUE SE MIRA


El Nayo, una vida de encierro

Para entender la historia de El Nayo hay que saber que ha pasado 22 de sus 33 años de vida en el encierro.
Dos terceras partes de sus noches las ha transitado entre cuatro paredes y un patio. Sometido a órdenes y obligado a una disciplina que no encaja con las decenas de tatuajes que porta en el cuerpo. No cuadra con el Barrio Seis marcado en su oreja izquierda. No va con la lágrima azul colocada a ras de párpado en memoria de su padre. No empata con su adicción a las drogas desde los 12, un año antes de pisar el Consejo Tutelar para Menores.
Si buscara en los archivos judiciales al Nayo, o al Perro, como se le conoce, no encontraría gran cosa, si reviso su nombre real, Bernardo López Cárdenas, sabría que a los 13 lo encerraron por primera vez en el Tutelar, lugar al que regresó 5 veces. Que visitó la cárcel en al menos 3 ocasiones; y fue internado 6 más en un centro de tratamiento de adicciones. Con ésta última suman 7.
"Al Nayo le gusta el desmadre", dijo uno de los internos del centro de rehabilitación que lo conoce desde hace años.
Flaco. Moreno. Rapo. Ojo oscuro. Piocha y bigote. Mirada brillante. Carismático. Todo un cholo de la colonia Amistad. Barrio Seis para toda la vida. "Esto no se quita nunca compa".
Cuando hablé con él todavía traía el avión pero sus ideas concordaban. Un par de días atrás se había drogado y aún cargaba el efecto. Platicamos el mismo día que llegó "La voladora" por él. Esa camioneta que usan en los centros de rehabilitación para ir por un futuro interno.
"La voladora" lo siguió hasta una vivienda incrustada en un cerro. Ahí se ocultó por la correcta suposición de que su madre había pedido su internamiento.
La conversación con el Nayo se dio en el cuarto donde nadie quiere estar. En el dormitorio donde llegan los recién ingresados. En el sitio donde viajan al infierno y regresan a la tierra. En la cueva donde se curan las malillas: esas reacciones que sufre el cuerpo tras ingerir drogas. Dolores que provocan fríos extremos en pleno verano, que obligan a usar chamarra en agosto a mediodía.

'Andas mal'
Para el Nayo no es problema consumir, el problema es excederse.
"Me daña el crystal porque consumo de más, es como comer mucho marisco: se intoxica uno, pues".
No fueron pocas la veces en que el Nayo se convirtió en el mejor cliente de un puchador. Hubo momentos en que tocaba la puerta de la narcotiendita. Toc toc. Compraba droga. La consumía toda en el lugar. Pedía más. No había dinero. Salía a robar. Sometía a personas. Tocaba la puerta al puchador. Toc toc. Consumía todo de nuevo. Pedía más. No había dinero. Salía a robar. Toc toc. Toc toc. Toc toc.
"Afuera estaban las patrullas buscándome y decía: 'si llega la tira que me lleve bien puesto'. La raza que me veía drogarme me decía: 'güey, tú ya andas mal'".
Por darle rienda al foco empezó a alucinar, a robar, a robar, a robar.
A oír voces, a creer que lo querían matar. Que de un lonche un trabajador podría sacar un arma y matarlo.
"A veces siento pánico aunque no me drogue".
Mientras cuenta su historia, habituado al encierro, da tragos a un gran vaso con té. Los otros internos en el cuarto de la malilla lo miran con comprensión. Afirman con la cabeza cada palabra que dice.
El té lo toma por la sed que le provoca el consumo del crystal. También le llaman foco, grillo, hielo, ice, y demás variaciones en química y nombre. Todas metanfetaminas. Todas producidas en narcolaboratorios, en la sierra, el campo pesquero, el ejido, la sindicatura, la ciudad... en donde sea. Para la droga no hay tregua.
Ocho de cada 10 nuevos ingresos a los centros de tratamiento de las adicciones en Sinaloa son provocados por esta combinación de químicos. Es una mezcla que lleva raticida, ácido de acumuladores, agroquímicos, sosa cáustica y tantas sustancias más.
El Nayo moja sus labios, muerde un pan dulce, abre los ojos y se emociona mientras narra su historia. Una cucaracha pasa por la pared como pasan los carros por la ciudad. Natural.
No trae playera. Le gusta lucir los tatuajes. Un pantalón de mezclilla cubre su otra mitad.
Él es de esos que aún creen que estar pasado de peso es algo bueno, y es que para él, los flacos son los que no comen, los que sólo viven para drogarse y se drogan para vivir. Ser flaco es desgracia.
El Perro, el Nayo, alza su cabeza, menea sus hombros y pecho cual cholo buscando pleito. Mueve su cabeza hacia adelante y hacia atrás. Casi una danza.
"A mí me gusta más la heroína que el crystal, es más buena pa' uno, pero perjudica más a la familia porque donde sea se queda uno, se arrana... ahorita lo que más está dañando es el crystal y la heroína".
Y reclama que el crystal lo están haciendo rebajado, tanto, que ni le trae chiste: lo deprime en vez de ponerlo al tiro.
"Yo me fumaba 5 ó 10 gramos de hielo en una sentada, en dos horas, me sentía bien machín, pero ahora lo hacen bien rebajado y te dan bien poquito. Eso te hace que te tiendas por más, que la gente robe para comprar un guato, para que te puedas poner".

'En prisión, buenas atenciones'
Cómo te debe tratar la vida para creer que la cárcel es un buen lugar.
Una penitenciaría donde gobiernan los delincuentes, donde se escapa el que tiene dinero suficiente para comprar funcionarios, donde se arman motines con armas de uso exclusivo del Ejército. Donde convive un ladrón de carteras, con uno de bancos, con violadores, con sicarios de los cárteles.
"Una vez robé una tortillería y me achacaron la muerte de un camionero, hasta salí en el periódico. Decían que yo era el verdadero asesino, pero no".
"Yo estaba en la judicial por el asalto a la tortillería. Lo bueno fue que los judiciales investigaron y les dijeron que no podía ser yo, porque a mí me habían agarrado un día antes del puñete y balazo que le dieron al camionero, y dijeron que no había podido ser yo porque ni modo que me saliera de la judicial para matar al camionero y me metiera de nuevo. Me querían echar 29 años. Eso fue en el 93. Por la tortillería me dieron 3 años 8 meses. También me agarró la federal porque traía una .22".
Cuando el Nayo era Nayito, cuando el Perro era Perrito, "anhelaba" una condena. Estar con los grandes. En la línea de fuego. En el campo de la muerte. La drogada y la violencia iban de la mano.
"El infierno de las drogas es el infierno de las cárceles. En ese tiempo a mí me hubiera gustado que me echaran unos 18 años y quedarme allá. Pero no así, que me echen 29 años por algo que no hice. Me hubiera gustado cometer un delito allá adentro y quedarme. Todos en la peni tenían miedo de que los mataran. Estaba la ley del tigre. Andaban con un machete, con un cuchillo. Todos cuidaban su vida. Todos se cuidaban de todos y yo andaba ahí".
"Ahora no es igual; ahora hay mafias. Hay gente que trae hasta 10 cabrones con ellos que los cuidan... cada quien tiene su cartelito. Ahora el mismo Gobierno les mete la droga, antes no. Antes la misma familia que se animaba les metía la droga: ya está más controlado".
"Ahorita estoy resignado a quedarme en la peni. Eso sí, estar tranquilo porque también se le da a uno un chingo de atenciones: agua, luz, carraca, buena comida, se preocupan por darte desayuno, comida y cena. Hay buenas atenciones. Todo depende de la conducta de la persona, del respeto que tengas a los demás".

'Uno se quiere sentir libre'
Es difícil saber el porqué de la adicción del Nayo a las drogas.
Entre las causas están su inicio en la mariguana a los 12, el barrio de pobreza y marginación en el que nació, la inducción de las malas amistades, los problemas que tenía con su familia, los antihéroes que se creó, el abandono de su "esposa" cuando el tenía 13 y ella 14, la sensación de soledad.
La barba negra y crecida, el escapulario cuyas imágenes borró el tiempo y la piel tostada dicen mucho. Sus tatuajes dicen más.
"Tengo tatuada a la Santa Muerte, a la Virgencita de Guadalupe, a Cristo, una mano con un rosario, a la Bandera de México, unos guantes de box; traigo una libra por mi signo zodiacal, una charra que era mi esposa cuando tenía 13 años, y ella 14. Fue en primero de secundaria cuando nos juntamos. Salí mal con ella y la morra se hizo adicta. Lleva como 15 años de adicta. Es la única vieja que he tenido... la neta sí me siento solo".
Este bato le hace honor a su segundo apodo: el Perro. Si lo juntaran con la palabra callejero le quedaría mejor: "elperrocallejero".
"Voy en la calle y me siento a toda madre. Voy en el camión y me siento bien: siento mi vida, mi manera de ser, agarro pa' donde quiero y me siento bien machín. Me siento a gusto conmigo mismo porque no he matado a nadie, ya no robo para irme a drogar, para eso trabajo en el torno".
El Nayo, como la mayoría de los adictos, empezó con la mariguana: no por nada dicen que es la puerta de las adicciones.
"Empecé con mota, en el río con los compas. Conocí el crystal en 1993, cuando llegó aquí a Culiacán. Aunque lo mío son los sicotrópicos; no los tomo porque me transforman, les falto al respeto a las personas. Si tengo 10 pastillas me tomo cinco ahorita y al rato las otras cinco. No me aguanto".
El vacío es interno.
"Con la droga me siento bien, si ya no puedo hacer sentir bien a mi familia, por lo menos sentirme bien yo. Tengo que encontrar una solución a mi problema porque si llego con mi familia se agüitan. Me drogo en la casa, pues.
"He pensado quedarme aquí un tiempo porque al salir vuelvo a drogarme, pero pienso una cosa y luego otra; también llega la familia y me saca, eso me ha pegado a mí en la madre".


El foco que seca
De acuerdo al Consejo Sinaloense Contra las Adicciones, la metanfetamina es una droga que, después de la heroína, es la más adictiva.
Por sus químicos: raticida, sosa cáustica, agroquímicos entre otros, produce insomnio. Pueden permanecer despiertos por días y sin probar bocado. Esto los seca como un árbol sin agua.
Los vidrios que se forman provocan llagas en el cuerpo, alucinaciones, visiones, temores, miedos, fuerza y estimulación sexual especial.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Confusión

He conocido mejores personas que tú, me dijeron ayer; no supe si fue un agravio o un elogio.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Naufraga Rescate de la Costa


LA REFORMA, Angostura, Sinaloa._ Cuánto puede resistir el techo de una vivienda sostenido por un tronco. Si el Rescate de la Costa no llega a la familia López López lo sabremos pronto.

Este año inició la pavimentación de la calle que pasa por la morada de estos pescadores. Suponen que el Gobierno la asfaltó por ser la avenida que lleva al panteón y al basurón del campo pesquero La Reforma, perteneciente al municipio de Angostura, no para beneficio de sus vecinos.

Con las vibraciones producidas por la maquinaria pesada que raspó la calle, el enjarre carcomido del techo apresuró su caída a pedazos. Para que no se les viniera encima, los López López decidieron sostenerlo con palos: uno para la cocina y otro para la recámara de las niñas.

"Viera cómo les dijimos que en vez de pavimentar la calle nos arreglaran el techo... porque se va a caer la casa y la calle va a quedar ahí", dice María del Carmen Burgos Rubio, ama de casa y esposa de Jesús López López.

Fue aquí, en La Reforma, donde hace poco más de un año, el 14 de agosto de 2008, el Gobernador Jesús Aguilar Padilla anunció el programa Rescate de la Costa, dirigido a las familias más pobres, a las familias de los pescadores.
Entonces los López López, cansados de promesas de Gobierno, lanzaron un retó: "Que toquen la puerta de la casa, no la de los dirigentes". Esa puerta sigue intacta. Nadie la ha tocado. Tal vez rechinen más sus bisagras, pero las carencias de sus habitantes son las mismas.

Hace 13 meses esta familia no tenía una calle pavimentada ni el par de palos sosteniendo el cielo de la vivienda, lo que sí tenía y conserva hasta hoy, es un motor que visita al mecánico más seguido que un hipocondríaco al doctor, y una panga vieja tan parchada como un antiguo colchón inflable.

"La verdad yo no me siento rescatado. Un verdadero apoyo sería un crédito para el techo", menciona Zenén López López.

Con la esperanza que caracteriza a los hombres de mar días antes del levantamiento de la veda del camarón, Zenén comenta que la mayoría de los beneficios del programa Rescate de la Costa no han llegado a su familia. Lo que han pedido se encuentra en "trámite". Solicitudes que no tienen día ni hora de resolución, lugar ni circunstancia. Que sin palancas con el Síndico, con el Alcalde, o con un alto funcionario de Gobierno estatal, pueden durar meses o años en aprobarse.

En la cooperativa en la que están Zenén, su hermano Jesús y su padre Valberto, rifaron créditos para tres motores marinos del programa Rescate de la Costa. La organización está compuesta por 80 pescadores. Si Zenén fuera el ultimo en salir sorteado, el nuevo motor le llegaría en 26 años más, en 2035.

Con el programa a la familia le toca una despensa cada seis meses, les cuesta 7 pesos y trae un kilo de arroz, uno de frijol, medio litro de aceite, un kilo de masa, un puré, dos bolsas de sopa y dos de leche.

Una de sus hijas tiene una beca, la otra niña no, porque es una por pescador, según les dijeron. La beca consiste en 660 pesos cada cuatro meses y la utilizan para comprarle zapatos y útiles escolares.

Zenén también intentó un crédito para proyecto productivo a través de Sagarpa, quería poner una "envarilladora" de camarón. Dice que vio el producto en el Sam's Club, que lo solicitan mucho los restaurantes de comida china y japonesa.

Por falta de habilidad para manejar Internet y de asesoría, a Zenén se le fueron los tiempos y no alcanzó a cotizar una máquina que le succiona la vena del camarón. Esto provocó que no pudiera meter el proyecto y ahora esperará hasta 2010, cuando se abra la convocatoria de nuevo.

Al ver la vivienda de estos pescadores y la despensa semestral que les cobran en 7 pesos, salta la pregunta: dónde están esas mil 226 acciones de vivienda y 29 mil 344 despensas que se prometieron aquel 14 de agosto de 2008.
Al llegar a la casa de los López López, con la imprudencia que caracteriza el arribo inesperado, Zenén tejía una atarraya, las mujeres recogían la mesa y los niños jugaban sin tregua. Su hermano Jesús y su padre Valberto arreglaban en el pueblo los utensilios de pesca.

Ya habían terminado de comer camarones de granja empanizados. Lo que para un citadino es un lujo, para ellos es lo posible. Compraron los camarones a precio bajo. Les es más complicado conseguir un buen corte de res. Y aunque les gustan más los camarones que ellos pescan, el de bahía, al de granja, los podrán comer hasta el 26 de septiembre, cuando se levante la veda del para capturar el crustáceo.

La lluvia que se pierde

Cuánto puede subir la marea después de una lluvia de cinco minutos. Algo así es lo que afecta el programa Rescate de la Costa a las vidas de los pescadores.

El propio Secretario de Desarrollo Social del Estado, Pablo Moreno Cota, lo reconoce: "Es una gota de agua en la arena". Y adelanta que es un plan a por lo menos 10 años.

Moreno Cota afirma que los 500 millones de pesos que se destinaron en 2008 para mejorar las vidas de los más de 134 mil 500 hombres de piel quemada y sal en los labios no alcanza ante la necesidad que existe. Por esto solicitaron un préstamo al Banco Interamericano de Desarrollo, crédito que no ha sido aceptado.

Según datos oficiales, dentro de programa de Gobierno se han gastado millones en 228 acciones de vivienda: techos, cuartos, pisos firmes. Se han ofrecido 897 empleos temporales, más de 20 acciones de electrificación, mejoramiento en agua potable y saneamiento. Se han producido más de 100 mil plantas de mangle y reforestado 45 mil, entre otros actos gubernamentales de obra pública y desarrollo económico.

De acuerdo a los censos estatales, los pescadores habitan en 60 comunidades y el 80 por ciento de sus pobladores tienen pobreza patrimonial.

A los problemas económicos de la costa se le suman la alta reprobación y la deserción escolar. Hasta el último análisis, el índice de jóvenes en contacto con las drogas es del 9.3 por ciento, un punto mayor que el promedio estatal. Otro conflicto es el embarazo no deseado de menores de edad y la prostitución de mujeres jóvenes.

El programa Rescate de la Costa consiste en conjuntar esfuerzos de todas las secretarías del Gobierno estatal; en asirse de recursos federales y pedir corresponsabilidad a los municipios, con el objetivo sacar del abandono y pobreza a las comunidades pesqueras.

Para el funcionario estatal, el logro más importante del programa social es haber puesto el ojo en este sector olvidado por los gobiernos anteriores.

El apoyo que no llega

Dicen que lo que necesita un ser humano es que le enseñen a pescar, en vez de darle el pescado.

Esta gente ya sabe pescar, pero no tiene con qué. Muchos pescadores no cuentan con panga ni motor. Uno de esos es Gudberto García, de 46 años.

Mientras parcha los hoyos de una panga de 15 años con fibra de vidrio, cuenta que empezó a pescar desde los 10 y, entre más tiempo pasa, la vida del pescador se vuelve más difícil. Ninguno de sus cinco hijos se dedica a la pesca, él nunca la recomendó: "No tiene caso que se metan a estar sufriendo, mejor que estudien".

Durante la veda del camarón, se dedicaba a la jaiba y al botete. Al igual que la mayoría de los pescadores entrevistados, Gudberto menciona que la pobreza de los campos pesqueros se debe a que son muchos pescadores para una misma cantidad de producto. Para una misma actividad.

Lo que más les molesta es que salgan a pescar hasta doctores y agricultores en los momentos de abundancia. Cuando se levanta la veda. Lo ven como oportunismo. Esto les reduce la ganancia a los que se dedican todo el año a la actividad.

Gudberto no ha oído hablar del Rescate de la Costa. No le ha tocado crédito de casa ni de techo ni de piso. Tampoco despensa. Sabe que llegan porque los líderes los toman para ellos o los reparten a los amigos: "Sí llegan, pero los dirigentes se quedan con los apoyos".

En un campo pesquero el tema de drogadicción es inevitable. Este vicio, menciona, ha ido a la baja, mientras la prostitución continúa: "Hay muchas morritas, de 13, 14 años", advierte, "lo que pasa es que es la misma necesidad. El Gobierno nos tiene jodidos, es mucho 'raterismo' del Gobierno".

Esthela Garibaldi Medina sí ha oído escuchar del Rescate de la Costa, pero hasta el momento, sólo uno de sus dos hijos ha recibido un paquete de útiles escolares de beneficio. No tiene beca ni piso firme ni techo para su casa propia: "He pedido lámina y tampoco. Me he apuntado para lámina y no; me apunté para techo y tampoco".

Mientras camina a solicitar empleo para descabezar camarón de granja, platica que el año pasado tramitó un crédito productivo pero no le llegó, este año lo intentará de nuevo. Quiere poner una distribuidora de productos de belleza.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Urge

Si alguien conoce a un loco, a un científico, a uno de esos estúpidos soñadores, imbeciles utópicos que creen que pueden inventar una pastilla de la felicidad, háblenme, necesito muchas. Yo financio el proyecto. Qué importa si se me va la vida en eso.
No me interesa el costo, ¿a caso lo he preguntado? No cuestionen para quién son, no tiene caso, todos las necesitamos por momentos, por días, o por la vida entera.
Pero investiguen ya, no hay tiempo que perder.