martes, 22 de noviembre de 2011

En Culiacán,los atardeceres son hermosos. Algunos dirán que así son en muchos lugares, tal vez, pero el sol de esta tierra que quema la piel me recuerda tristezas, dichas, emociones, locuras... Y así, en cada lugar que he visitado he dejado un poco de mí, y me he llevado un poco de esa tierra: el cielo limpio de los nortes deserticos de BC, Sonora, Coahuila; el mar de Mazatlán; los árboles con focos de Tepic, el mole de Oaxaca...

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